En el marco de la realidad social siempre estamos pendiente ante realidades que representen no solo tendencia, sino acciones y reacciones.
Dos fenómenos han sido virales en la sociedad dominicana entre ayer y hoy. Por un lado las fotos semidesnudas de la artista urbana Tokicscha ante el cuadro de la virgen de Altagracia en la carretera a Jarabacoa. Y por otro la medalla de plata conquistada por Marileydi Paulino en los juegos olímpicos de Tokio 2020.
Ambas comparte algunas semejanzas: son de barrio, vienen de la pobreza extrema, buscan trascender en la sociedad y son mujeres. Pero el camino hacia la trascendencia lo han tomado por rutas diferentes.
Estamos en una sociedad que no sigue líderes, sino ídolos y los nuevos ídolos de la juventud son precisamente los artistas y deportistas. Justamente hoy se conjugan las dos cosas: una es noticia por el deporte y la otra, que es artista, por la irreverencia.
El artista Salvador Dalí dijo en una ocasión: “Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí. Aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien”.
Pareciera que esta frase ha sido acuñada en toda su extensión por exponentes de la música urbana con el fin de generar controversia. Esto conlleva que el objetivo en cuestión se vuelva famoso o más famoso aun cuando no reúna los méritos necesarios para serlo. Solo buscan la simpleza de causar ruido y esperar que esto vaya de opinión en opinión, de móvil en móvil, de gente en gente.
En esta época de hiperpresencia a través de las Redes Sociales y demás plataformas digitales, muchas personas buscan sus 3 segundos de fama como sea. No les importa cruzar límites morales y éticos, transgrediendo grupos sociales, étnicos, políticos, religiosos, sin que esto tenga consecuencia.
Lo que importa es conseguir visibilidad y notoriedad a vapor, la que necesitará exposiciones cada vez más arriesgadas con el fin de mantenerse a flote. Se trata de un mundo virtual que saca contenido cada milésima de segundo y si provoca ruido social, se borra fácilmente con una nueva noticia. Por lo general graban algún video presentando excusas o pidiendo perdón ante lo soez, lo morboso, lo escabroso e inmoral.
Aquí se expresa la vida desde la fe y la irreverencia. Marileidy levanta su Biblia en señal de agradecimiento a Dios. Toksicha agrede la fe desde el irrespeto de posar desnuda ante la imagen religiosa más importante del país.
Debemos cuidarnos del vicio de dar notoriedad a quien solo busca eso para su beneficio personal, de ver como “normales” estas conductas y no replicarlas. Hacer como cuando nos decían no mirar a un niño cuando estaba en una crisis patética de malacrianza, ignorarlo hasta que se le pasara. Y se le pasaba el asunto porque no tenía atención y seguían en otras actividades con la vergüenza de no ser reconfortados.
Ahí tiene la juventud dos ejemplos en el mismo día, dos jóvenes que pueden representar esa lucha de contrarios que hay en la sociedad. Lo bueno y lo malo: ustedes deciden qué aporta más.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata
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